Esta joven estudiante del liceo francés tiene claro que quiere estudiar Ciencias del Mar en Córcega, un lugar donde se ha conseguido preservar espacios naturales increíbles. Tiene claro que el mundo debe cambiar, y ella lo consigue en sus pequeñas rutinas diarias: usando la bicicleta, reciclando, hablando con sus amigas sobre medio ambiente y en el colegio: "No tengo edad de votar, soy solo una víctima del destrozo ambiental. Quiero hacer algo más y contar lo que hago para mejorar mi entorno".
Su voz es la de las generaciones que cambiarán el futuro y su mensaje es de esperanza: "Sigue habiendo esperanza pero el cambio, pero lo tenemos que hacer ahora. Si seguimos así no vamos a ningún sitio. Los niños de ahora somos los que tenemos que dar el paso, no esperemos a dejarles toda la tarea a los que vienen por delante".
Esta joven catalana tiene una conexión muy especial con el bosque que tiene en frente de su casa en Papiol, en el parque de Collserola. Desde que era pequeña da largos paseos con su familia y ha visto los cambios que se están produciendo en el lugar. "Por aquí antes paseaba y no había nadie, ahora se llena de gente los fines de semana y se llena de basura. Ahora cuando venimos siempre llevo una bolsa para recoger toda la basura que veo, el bosque está en peligro".
Nathalie está segura de que su generación tiene la capacidad de cambiar las cosas: "Nuestra generación es la que tiene que cambiar el mundo. Hemos crecido en la crisis y en la contaminación y somos los que tenemos que hacer algo para salir de todo esto". Y añade, "tenemos que vivir con la naturaleza. Integrarnos con ella. Me gusta la naturaleza porque su equilibrio es perfecto y funciona y evoluciona".