Iñaki colabora en varias asociaciones y su locura arquitectónica se ha hecho realidad después de muchos años de luchar contracorriente. "En 2001 cuando empecé contabas que actuabas desde una perspectiva ecológica y te miraban raro. Ahora las cosas van cambiando, han sido unos años muy duros, pero en el sector de la sostenibilidad no hemos dejado de trabajar durante toda la crisis. Ha bajado un poco, pero seguimos y cada vez hay más clientes que piden una construcción ecológica".
Iñaki reconoce que desde muy joven ha visto cambios en su entorno y eso le hizo reflexionar sobre el maltrato del hombre al medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales: "Tenía una casa en Sepúlveda (Segovia) donde iba los fines de semanas. Una casa muy bonita en un pequeño cañón. Empecé a ver que había un problema, que desaparecían los cangrejos, luego se murieron los olmos, las abejas, los conejos. Había un deterioro de la naturaleza más cercana, algo palpable, que tenía que ver con el hombre. Después, en el año 95 leí el libro ¨Los límites del crecimiento¨ que conectó mi vocación por la arquitectura con la lucha por el clima."
El sector de la construcción tiene un impacto del 40% de las emisiones de CO2 a la atmósfera y es el principal causante del cambio climático. Nada más terminar la carrera el joven arquitecto ya tenía muy claro que quería plantear otro modelo de arquitectura: "Cuando acabé de estudiar, que no me enseñaron nada de medio ambiente, ya llevaba tiempo pensando en enfocar la arquitectura desde otro punto de vista. Hice un curso de bioconstrucción y aprendí que se puede enfocar la arquitectura desde otra perspectiva, siempre quise unir naturaleza y arquitectura".
A través de la arquitectura ecológica un cambio de modelo es posible. Se pueden hacer edificios que no consuman casi energía. Es lo que hace Iñaki en sAtt, su estudio de arquitectura en el centro de Madrid: "Ahora a través de la sostenibilidad los edificios se vuelven a pensar desde un punto de vista eficiente y empiezan a aparecer edificios de energía casi nula (que no consumen casi energía), pero también podemos hacer edificios que produzcan energía y que sean suministradores de energía a través de paneles solares o minieólica. También podemos conseguir hacer que el edificio ahorre mucho agua, o depure el agua, que sean metabolismos que tengan una relación con el entorno bastante más limpia".
Iñaki práctica la sostenibilidad también en su vida, va en bicicleta a la oficina, tienen paneles solares en casa y en la oficina, trabaja con banca ética, contrata la energía a empresas de 100% renovables y apuesta decididamente por un cambio global hacia un mundo más renovable que acabe con el cambio climático. "Tenemos cierta resistencia al cambio y pasa un tiempo hasta que integramos la sostenibilidad. Ahora entramos en un proceso de consciencia sostenible. Desde la administración se puede hacer muchas cosas para impulsar la construcción ecológica, que es más barata que la convencional, sólo tenemos que mirar la economía en un largo plazo, los 30 años de la hipoteca por ejemplo. Activar la economía verde podría generar muchas soluciones."